Rara avis. Retablo de imposturas.

Fundación Rara AvisEspacio dedicado al estudio de las actividades de la Fundación Rara Avis.

Historia secreta de este libro

Rara Avis. Editorial Montesinos

"Sabemos decir muchas mentiras con apariencia de verdades; y sabemos, cuando queremos, proclamar la verdad." Musas Heliconíadas.
Teogonía. Hesíodo

Juan Marsé opina que la literatura consiste en encontrar la verdad a través de la mentira. Chesterton, mucho más inglés en toda su oronda humanidad y quizá por ello más descreído, proponía que la verdad en la literatura es una flor preciosa y delicada que el escritor debería pisotear con las botas más robustas y desgastadas de su zapatero. Desde el inicio del proyecto Rara avis hemos tomado muy en serio las palabras de estos dos grandes hombres. Con mayor o menor acierto hemos tratado de mentir, embaucar, adulterar, alterar, profanar y, en definitiva, falsear la realidad de algunos de nuestros más queridos mitos literarios.

Mintiendo y engañando nos hemos colado entre los resquicios que la realidad abandona y, desde sus grietas, hemos hecho crecer nuestras imposturas; actitud esquiva y mentirosa que nos ha permitido rendir sentidos homenajes a un buen grupo de autores y a algunas de sus obras. En los textos que ahora cierran este primer volumen abordamos, siempre desde el rigor que otorgan el disfraz y el embozo, toda clase de temas. Nos acercamos a una supuesta conjura Dada con el marco de fondo del robo de la Gioconda. Concebimos una excéntrica organización, el Club del Expurgo, que llevaría siglos haciendo desaparecer los peores manuscritos de los más negados escritores. Creamos el Clan Ulrich, cuyos miembros -Thomas Mann, Herman Broch, Robert Walser, Elias Canneti, Günter Grass y Bernard Schlink- se vieron tentados a finalizar la inconclusa obra de Musil El hombre sin atributos. Imaginamos a un Baudelaire que sueña con Kafka, Proust o Sartre. Sumamos una preocupación más a las cientos que ya cargaba sobre sus espaldas la heroína literaria Sylvia Beach, elaborando una trama en la que Gertude Stein trata de sabotear la edición cero del Ulysses de Joyce. Incluso nos atrevimos a saldar una cuenta pendiente que Sir Arthur Conan Doyle dejara en vida, para lo cual fantaseamos con unos imposibles doce Relatos Negros, escritos en secreto, en los que Sir Arthur concibe toda clase de horribles y ridículas muertes para su criatura Sherlock Holmes, vengándose con ellos de la esclavitud intelectual que supuso la escritura de sus aventuras. Así hasta trece imposturas que hemos llevado a cabo guiados por el afán de rendir homenaje a la literatura como lectores, firmes defensores de la recepción activa e inteligente de las obras.

En estos dos años, una sola de nuestras imposturas ha sido dedicada a un autor vivo. La peau blanche de Juan Goytisolo fue elaborada bajo una luz de admiración profunda a Reivindicación del Conde don Julián. Esta historia siempre quedará ligada a la gran alegría, sin duda la más profunda, de recibir la bendición de Juan Goytisolo que nos hizo llegar a través de Reda (miembro de su "Tribu Urbana") y de Pilar Lafuente. De igual modo, quedamos para siempre en deuda con Juan Goytisolo quien ha logrado que este libro se publique. En lo que pueda valer, dedicamos esta obra al combativo compromiso político y literario que Juan Goytisolo viene manifestando hace años y suscribimos lo que él mismo quiso recordarnos: “La verdad de la ficción vale mas que la ficción de la verdad”.

Puede que el disfraz de ensayo literario con el que vestimos los textos haga pensar a más de uno que tratamos de engañar con malintencionados bulos, hoax o falsas noticias. Nada más alejado de nuestra intención. Al elaborar estas ficciones, basadas en personajes reales y acontecimientos veraces, intentamos franquear esa difusa línea que divide la vida del autor de su obra. La experiencia de todo lector arrastra siempre algún desengaño producido por el encuentro con la autobigrafía de un autor predilecto. Estas trece imposturas exponen nuestros secretos deseos de lectores furibundos; nunca nos tembló el pulso a la hora de manipular sin reparo la realidad de nuestras leyendas literarias para conformarla, de este modo, a nuestro gusto y placer. Seguimos la estela dejada por otros muchos que pretendieron jugar también con los límites de la ficción y la verdad: Marcel Schwob en sus Vidas imaginarias, Borges en su Historia universal de la infamia, Orson Welles en Fake, Roberto Bolaño en Historia de la literatura nazi, Fernando Marías y Juan Bas en Páginas ocultas de la historia, Stanislaw Lem en Vacío perfecto, y tantos otros. Nuestro objetivo siempre ha sido rastrear los bordes que se ocultan en las sombras de la literatura, y cuando era preciso, levantarlos de la nada.

Deudas y bibliografía consultada para la elaboración de los textos

Ignacio Caballero García
Blanca Gago Domínguez